martes, 10 de junio de 2008
Y dale con el "Diseño Inteligente"...
Acabo de publicar el video acerca de esta novedosa artimaña utilizada por los creacionistas para intentar desacreditar a la Teoría de la Evolución y como era de preveer, una persona de envió un mail procurando poner de manifiesto mi ignorancia acerca del tema en cuestión... He de reconocer que no soy biólogo evolutivo ni científico y puede que en algunos casos en concretos abrigue algunos prejuicios contra ciertos enunciados que a priori, aparecen como trasnochados y carentes de fundamentos. Lo cierto es que este amable lector manifiesta no haber perdido su precioso tiempo mirando el documental de la BBC que colgara en este blog hace unas horas, a la vez que intenta explicarme (en un lenguaje oscuro y por momentos inentendibles para el que esto escribe) las supuestas falencias de la Teoría de Darwin. Agradezco desde ya sus comentarios y el esfuerzo intelectual que supone realizar un escrito de tal magnitud. Pero he de confesar que no fue suficiente para modificar ni un ápice mi opinión sobre el tema. En este momento, mi mayor deseo sería el elaborar una respuesta que refute a su vez los argumentos esgrimidos por este señor, pero como lo mencionara anteriormente, carezco de la formación académica necesaria para elaborar una respuesta acorde a las circunstancias. Gracias a la buena fortuna, muchísimos científicos reconocidos lo han hecho innumerables veces antes que yo y con argumentos suficientes que provocaron el colapso inevitable del llamado "Diseño Inteligente"... Tomemos el siguiente ensayo como respuesta válida al lector aludido y con estas ideas considero que el tema continua abierto para un debate posterior:
"Los promotores del diseño inteligente argumentan que el modelo científico de la evolución por selección natural es insuficiente para explicar el origen, la complejidad y la diversidad de la vida y que el universo está demasiado bien adaptado para las criaturas vivientes como para pensar que es así por puro azar. La evolución es descrita por los científicos, sin embargo, como un proceso sistemático y orientado, basado en la selección; la cual trabaja, eso sí, sobre una variabilidad generada por procesos esencialmente aleatorios.
Los defensores del diseño inteligente no toman públicamente un partido explícito sobre la identidad del o de los creadores o sobre los medios que utilizaron para diseñar y luego crear la vida, pero son respaldados por la mayoría de los partidarios de la lectura literal de la Biblia y actúan al abrigo de instituciones explícitamente cristianas y fundamentalistas. Los argumentos que tratan de entregar en favor del llamado “diseño inteligente” se refieren sobre todo a los siguientes aspectos:
El "universo bien afinado"
Uno de los argumentos de los partidarios del diseño inteligente, que incluye elementos adicionales a la biología, es el que afirma que vivimos en un universo bien afinado, con muchas características que hacen posible la vida y que no pueden atribuirse a la suerte. Estas características incluyen los valores de las constantes físicas (como el valor de las interacciones nucleares) y muchos otros. Los defensores de este modelo, entre ellos el miembro del "Centro para la ciencia y la cultura" Guillermo González, argumentan que si alguno de estos valores fuera ligeramente diferente, el universo sería dramáticamente diferente, haciendo imposible la existencia de muchos elementos químicos y características del universo tales como las galaxias. De manera que, para que la vida exista, hace falta la presencia de un diseñador inteligente que asegure que las condiciones requeridas estuvieran presentes en su momento produciendo el resultado que este diseñador había previsto. La comunidad científica ha respondido de forma casi unánime que no es posible verificar este argumento, por lo que sólo puede ser base de especulaciones. Además, no existe evidencia suficiente que apoye este argumento.
Crítica al argumento del "universo bien afinado"
Los críticos del diseño inteligente y del principio antrópico alegan que estos argumentos son esencialmente tautológicos. Según su punto de vista, estos argumentos pueden resumirse en afirmar que la vida sólo es posible porque el universo la sustenta. La afirmación sobre la improbabilidad de un universo que sustente la vida también ha sido criticada al calificarla de un argumento de falta de imaginación por asumir la imposibilidad de la existencia de otras formas de vida. La vida, tal y como la conocemos, podría no existir en condiciones diferentes, pero formas diferentes de vida podrían existir en su lugar. Algunos críticos sugieren también que muchas de los parámetros que definen nuestro universo no son mutuamente independientes, como abusivamente se presenta, y que los cálculos matemáticos muestran que la emergencia de un universo similar al nuestro, en cuanto a las oportunidades de producir sistemas complejos y formas de vida, es en realidad bastante probable.
Por otro lado, la hipótesis del multiverso originada a través de la teoría M, según la cual existirían múltiples universos paralelos que se diferenciarían sólo por diferenciales de cualquier magnitud del universo, si llega a ser completada y corroborada, simplemente desbarajustaría el argumento porque da a entender que este universo es tan probable como cualquier otro de la infinidad que existen. Ello ya que permitiría un finito pero gran número de universos, en los que la probabilidad impone que el surgimiento de un universo apto para producir vida inteligente sí sería prácticamente igual a 1. Así sólo sería posible hacerse preguntas sobre la razón de la posibilidad de vida en aquellas dimensiones en que puedan existir las características para crearla, lo cual sí hace que la probabilidad de vida/hablar de ella sea superior.
Igualmente, si realmente otras condiciones no permitieran el sustento de la vida, esto no significa que realmente existe un diseño inteligente, ya que si la probabilidad aún fuera en contra de la vida por millones de veces a uno, es sólo una probabilidad matemática que no descarta la posibilidad de la creación de la vida sin una fuente divina, puesto que no excluye completamente que se hayan producido justo las condiciones (universo bien afinado) para la vida, a pesar de la hipotética enorme probabilidad en contra.
Otros sostienen que el universo no está tan bien afinado como se cree. La ciencia concuerda en que la aparición de la vida fue un hecho aleatorio y extremadamente poco probable. Sin embargo, como se dice más arriba, esa probabilidad es mayor que cero. Ni el universo muestra un supuesto orden que permitió la existencia de la vida, ni la vida es tan perfecta. Los organismos evolucionan a partir de sus antecesores y conservan rasgos pasados que ya no se utilizan, características dañinas para su supervivencia, etc. Si todo estuviera afinado, ¿no esperaríamos que los organismos fueran realmente perfectos?
La "complejidad irreductible"
Artículo principal: Complejidad irreductible
Formulada por el bioquímico M. J. Behe en términos de “complejidad bioquímica irreducible”, se puede plantear así:
...Un sistema integrado compuesto de varias partes que interactúan, contribuyendo a la función básica, en donde al eliminar alguna de ellas se produce la interrupción de la funciones del sistema.
(Behe, Molecular Machines: Experimental Support for the Design Inference)
Behe utiliza la trampa para ratones como ejemplo para ilustrar el concepto. Una trampa para ratones está compuesta por varias piezas que interactúan — la base, la trampa, el resorte, el martillo — todas ellas deben estar en su puesto para que la trampa para ratones funcione. Al eliminar uno de ellos, el objeto deja de ser funcional. En el diseño inteligente se afirma que la selección natural no podría crear sistemas complejos irreductibles, debido a que la función de selección se aplica luego que el sistema complejo ya está armado. Los ejemplos de complejidad irreductible propuestos por Behe incluyen mecanismos biológicos como el de las bacterias E. coli, el cilio y el mecanismo adaptativo del sistema inmunitario.
Se trata de una reedición de un argumento usado contra el darwinismo desde antiguo, por ejemplo con respecto a la complejidad del ojo. Behe lo ha intentado renovar con respecto a agregados macromoleculares funcionales como el flagelo bacteriano. Alega que la complejidad de una estructura de este tipo, donde no se observa redundancia, es irreducible, porque la alteración de cualquiera de las partes destruye por completo la funcionalidad del conjunto (lo que es cierto). Alega (sin argumentos) que este hecho inhabilita a la selección natural (el mecanismo esencial darwiniano de la evolución) para darle origen. Efectivamente la selección natural trabaja sobre pequeñas diferencias fenotípicas, basadas a su vez en pequeñas diferencias genéticas, y la coincidencia por azar y de una vez de todas las innovaciones evolutivas implicadas en la compleja estructura del flagelo, es tan improbable que debe declararse increíble.
Crítica al argumento de la "complejidad irreductible"
Los críticos indican que este argumento es falaz porque ni el cilio eucariótico, ni el flagelo bacteriano, ni ninguna otra estructura compleja aparece evolutivamente de una sola vez. Lo que hay que desentrañar son las etapas sucesivas de su evolución, explicando o demostrando la verosimilitud de cada una de ellas en lo tocante a su determinación genética, su desarrollo ontogenético y su función, y por lo tanto justificando qué presiones selectivas han promovido cada uno de los pasos. Es muy importante recordar que muchas estructuras biológicas pasan por estadios de doble función, en los que, después de haber evolucionado para un uso, empiezan a verse sometidas a nuevas presiones selectivas para un segundo uso. Si nos fijamos sólo en este último, el origen del órgano puede volverse incomprensible. El carácter prensil de la mano humana apareció en relación con una vida arborícola, ha sido aprovechado por innumerables especies de primates para la manipulación y, con esta segunda función, se ha convertido en el grupo biológico humano en una de sus adaptaciones más características. Las vías verosímiles de la evolución del ojo se aclararon gracias a la anatomía comparada y a la embriología, y para sus etapas existen ejemplos en los animales actuales. En cuanto a la evolución de maquinarias moleculares complejas, como el cilio eucariótico, las últimas décadas han proporcionado ya muchos de los argumentos equivalentes, aunque para este caso no contamos con términos de comparación tan adecuados, porque no queda ningún eucarionte que no tenga cilios o derive de un antepasado ciliado (sí existen sin embargo algunas versiones incompletas pero funcionales de cilios, como en Pelomyxa, que rebaten el argumento principal). Los componentes moleculares de los cilios están presentes fuera de ellos, en el citoesqueleto superficial contiguo a la membrana plasmática, donde trabajan en la movilidad sin formar estructuras tan elaboradas, y de sus componentes existen formas homólogas incluso en procariontes. Lo mismo pasa con el flagelo bacteriano, cuyos componentes moleculares guardan homología con otros componentes funcionales de la célula y, en grado variable, entre sí; probablemente habiendo funcionado primero, en una versión mucho más sencilla, como bomba iónica antes de hacerse más complejo para la locomoción.
Así actualmente la biología molecular, la bioquímica y otras disciplinas pueden explicar cada vez con mayor facilidad estos casos de supuesta complejidad irreductible.
La "complejidad específica"
El concepto de complejidad específica en diseño inteligente fue desarrollado por el matemático, filósofo y teólogo William A. Dembski. Dembski afirma que cuando algo tiene complejidad específica se puede asumir que fue producido por una causa inteligente (es decir, fue diseñado) en lugar de ser el producto de un proceso natural. Para entender el concepto propone los siguientes ejemplos: "Una sola letra de un alfabeto es específica sin ser compleja. Una larga frase de letras escogidas de forma aleatoria es compleja pero no específica. Un soneto de Shakespeare es complejo y específico." Dembski afirma que los detalles de los seres vivientes tienen esa misma característica, especialmente los patrones de secuencias moleculares en las moléculas biológicas funcionales como el ADN.
Dembski define el concepto de información compleja específica como cualquier cosa que tenga menos de una oportunidad en 10150 de ocurrir de forma espontánea.
Crítica al argumento de la "complejidad específica"
Los críticos dicen que en si misma, la definición del concepto hace que el argumento sea una tautología; ya que la Información Compleja Específica (ICE) no ocurriría naturalmente, solo porque Dembski la definió así. Por ello la verdadera pregunta es si existen instancias de ICE en la naturaleza, hecho que realmente no puede explicar o responder Dembski, porque no es especialista en evolución y/o temas relacionados.
Así, la coherencia conceptual del argumento ICE de Dembski es fuertemente disputada por la comunidad científica. Todavía debe mostrarse que la complejidad específica tiene amplias aplicaciones en otros campos, como lo afirma Dembski. John Wilkins y Wesley Elsberry califican al filtro explicativo de Dembski como eliminatorio, debido a que elimina las explicaciones de forma secuencial: primero la regularidad, luego la suerte para finalmente tomar el diseño como opción por defecto. Argumentan que este procedimiento no califica como modelo para la inferencia científica debido a la forma asimétrica en que trata las posibles explicaciones alternas, haciéndolo susceptible de obtener falsas conclusiones.
Igualmente a nivel biológico, a pesar de la inmensa cantidad de nucleótidos que forman el ADN, el cual conforma el genoma con su "naturaleza compleja y específica"; es que en el proceso descrito en la síntesis evolutiva moderna, su naturaleza es producida realmente por la "mutación genética aleatoria". En ella se explica que los procesos naturales involucrados en la evolución de los seres vivos tienden a acumular cambios positivos, y descartar cambios negativos en el ADN. Siendo esta la verdadera razón que lleva a que el genoma de los seres vivos, en una forma "natural" con el paso de las generaciones, haya cambiado y aún cambie a una naturaleza que se define como más compleja y específica. Igualmente destaca el hecho de que la información para codificar un aminoácido está expresada en solo 64 cordones (grupo de 3 nucleótidos, en combinaciones a partir de 4 nucleótidos).
Estrategia de la "cuña"
Artículo principal: Estrategia de la cuña
El Discovery Institute presento esta estrategia por medio de un manifiesto conocido como el documento de la cuña, el cual describe una amplia agenda social, política y académica cuyo objetivo último sería el tratar de revertir una supuesta sofocante visión del mundo materialista al "derrotar el materialismo científico"; que según esta organización estaría representado por la enseñanza de la evolución biológica, y sustituirla por una supuesta ciencia de índole religiosa acorde con las convicciones cristianas teístas que profesa el Discovery Institute" y con ello "afirmar la realidad de Dios", siendo su objetivo "renovar" la cultura americana, al tratar de moldear la política pública de forma que sólo refleje las creencias y los valores cristianos conservadores que son aceptados por el Discovery Institute.
Crítica a la estrategia de la "cuña"
A pesar de lo indicado por el Discovery Institute, la comunidad científica indica que este argumento es solo la estrategia de esta organización que realmente trata de inculcar un ideal religioso no científico, el cual desea promover la creencia pseudocientífica y creacionista del llamado diseño inteligente; y con ello no reconocer los descubrimientos científicos que corroboran la existencia de la evolución a través de la Síntesis evolutiva moderna."
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